Si descubrir la esencia de cada persona (Ba-Zi) constituye una herramienta imprescindible para enfocar nuestro camino vital, convirtiéndose en una de mis señas de identidad, el siguiente de mis retos profesionales fue facilitar el mejor escenario y acompañamiento posible para este camino, con el objetivo y la intención clara de darle un verdadero sentido holístico a mi trabajo.

Para ello, el “destino”, la suerte y la sincronicidad me ofrecieron la posibilidad de utilizar, en el acompañamiento vital, uno de los compendios de sabiduría más respetados y venerados del mundo: el I CHING.



Después de muchos años de camino juntos, puedo asegurar que ese compendio de sabiduría está en la mi vida para ayudarme y poder ayudar a otras personas (compañeros de camino) a enfocar su sendero vital y el sentido de su existencia.

A través de los 64 hexagramas, (con sus significados flexibles, que abastecen a todas las relaciones posibles entre el padre Cielo, la sociedad humana y la madre Tierra), el I-CHING se convierte en el Canon vital por excelencia.

Esta afirmación se ha constatado durante milenios en áreas metafísicas. Sin embargo, a partir del descubrimiento y comprensión del funcionamiento del ADN, esta afirmación se ha hecho también evidente para la ciencia, siendo múltiples los estudios e investigaciones que constatan una serie de extraordinarias “coincidencias y conexiones” en cuanto a la estructura, composición y organización de ambos.

Por otra parte, el I CHING también representa el Oráculo o Fuente Superior de la metafísica china, a la que sirve de base, guía y fundamento. Su principal capacidad consiste en mostrarnos que la vida es continuo cambio y que nuestro trabajo (en este plano), es adaptarnos y aprender de ellos para tener un “buen camino de vida”.

El I Ching, en realidad, es mucho más que un compendio de sabiduría: es la conexión con las diferentes realidades de la vida, ya que sus herramientas están conectadas con todas ellas. Pero, sobre todo, me gusta definirlo como el Gran Amigo Sabio que te acompaña en el camino de la vida, sin juzgarte o condicionarte. Sencillamente, facilitándote la capacidad de conocer, descubrir, integrar y evolucionar el potencial de tu ser interno.